Romancero de romances caballerescos e historicos anteriores al siglo XVIII: que contiene los de amor, los de la tabla redonda, los de Carlo Magno y los doce pares, los de Bernardo del Carpio, del Cid Campeador, de los infantes de Lara, &c, 第 4 卷

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Imprenta de Don Eusebio Aguado, 1832 - 224 頁
 

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第 2 頁 - La e jarcia de un cendal , Marinero que la manda Diciendo viene un cantar Que la mar ponía en calma, Los vientos hace amainar, Los peces que andan al hondo Arriba los hace andar, Las aves que andan volando Las hace...
第 14 頁 - Mis arreos son las armas, mi descanso es pelear, mi cama las duras peñas, mi dormir siempre velar. Las manidas son escuras, los caminos por usar, el cielo con sus mudanzas ha por bien de me dañar, andando de sierra en sierra por orillas de la mar, por probar si mi ventura hay lugar donde avadar.
第 84 頁 - En Castilla está un castillo que se llama Rocafrida, al castillo llaman Roca, ya la fonte llaman Frida. El pie tenía de oro, y almenas de plata fina; entre almena y almena está una piedra zafira; tanto relumbra de noche como el sol a mediodía.
第 132 頁 - Oh Belerma ! ¡ oh Belerma ! Por mi mal fuiste engendrada, Que siete años te serví Sin de tí alcanzar nada. Agora que me querías Muero yo en esta batalla: No me pesa de mi muerte Aunque temprano me llama , Mas pésame que de verte Y de servirte dejaba. ¡ Oh mi primo Montesinos...
第 9 頁 - Helo, helo por do viene el infante vengador, caballero a la gineta en un caballo corredor, su manto revuelto al brazo, demudada la color, y en la su mano derecha un venablo cortador. Con la punta del venablo sacarían un arador.
第 138 頁 - En París está doña Alda, la esposa de don Roldan, trescientas damas con ella para la acompañar; todas visten un vestido, todas calzan un calzar, todas comen a una mesa, todas comían de un pan, si no era doña Alda, que era la mayoral.
第 137 頁 - ... dejaban gozar: maldiciendo iba el caballero, que cabalgaba sin paje; si se le cae la lanza no tiene quien se la alce, y si se le cae la espuela no tiene quien se la calce: 20 maldiciendo iba la mujer que tan solo un hijo pare; si enemigos se lo matan no tiene quien lo vengar.
第 8 頁 - ¿Dónde vas tú, el desdichado? — ¿dónde vas? ¡triste de ti! ¡ Oh persona desgraciada — en mal punto te conocí ! Muerta es tu enamorada, — muerta es, que yo la vi; las andas en que la llevan — de negro las vi cubrir, los responsos que le dicen — yo los ayudé a decir: siete condes la lloraban, — caballeros más de mil, llorábanla sus doncellas, — llorando dicen así: '¡Triste de aquel caballero — que tal pérdida pierde aquí!
第 210 頁 - Válasme, nuestra Señora, cual dicen de la Ribera, donde el buen rey Don Fernando tuvo la su cuarentena Desde el miércoles corvillo hasta el jueves de la Cena, que el rey no hizo la barba ni peinó la su cabeza.
第 141 頁 - Marlotes, de que esto oyera. de allí lo mandó sacar; por mirar si en caballo él podría cabalgar, mandó buscar su caballo y mandáraselo dar, que siete años son pasados que andaba llevando cal. Armáronlo de sus armas, que bien mohosas están.

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