DE PERFECCION Y VIRTUDES GRISTIANAS, SU AUTOR EL PADRE ALONSO RODRIGUEZ. DE LA COMPAÑÍA DE JESUS, NATURAL DE VALLADOLID. DIVIDIDO EN TRES PARTES. PARTE SEGUNDA. DE VARIOS MEDIOS PARA ALCANZAR LA VIRTUD Y PERFECCION. DE LOS TRATADOS Y CAPÍTULOS QUE SE CONTIENEN EN ESTA SEGUNDA PARTE. Tratado primero, de la mortificacion. uno de mortificarse, que el tratar de eso, 34. Cap. 11. Comienzase á tratar del ejercicio de mortificación, 37. Cap. 12. Como se ha de ir poniendo en práctica el ejercicio de mortificacion, 40. Cap. 13. Como nos habemos de morti ficar en las cosas lícitas; y tambien en las cosas necesarias, 43. Cap. 14. Que principalmente nos habemos de mortificar en aquel vicio ó pa**sion que reina mas en nosotros, y nos hace caer en mayores faltas, 47. Cap. 15. Que no habemos de dejar las mortificaciones en cosas pequeñas: y cuan provechosas y agradables sean á Dios estas mortificaciones, 49. Cap. 16. Del mal y daño que se sigue de menospreciar las mortificaciones en cosas pequeñas, 52. Cap. 17. En que se ponen tres avisos importantes en esta materia, 54.. Cap. 18. Que por bueno y aprovechado que sea uno, siempre tiene necesidad de ejercitarse en la mortificacion, 59. Cap. 19. De dos medios que nos harán fácil y suave el ejercicio de la mortíficacion, que son la gracia del Señor, y su santo amor, 62. Cap. 20. De otro medio que nos facilitará y hará gustoso el ejercicio de la mortificacion, que es la esperanza del provechos grandes que hay en él, 87. Cap. 5. Que el silencio es un medio muy importante para şer hombres de oracion, go. muy Cap. 6. Que el silencio es un medio principal para aprovechar y alcanzar la perfeccion, 92. Cap. 7. Que andar uno con modestia, silencio y recogimiento, no es vida triste, sino alegre, 95. Cap. 8. De las circunstancias que habemos de guardar en el hablar, 96. Cap. 9. Del vicio de la murmuracion, 103. Cap. 10. Que no habemos de dar oidos á murmuraciones, 107. Cap. Que nos habemos de guardar de todo género de mentiras, 110. Cap. 12. Que nos habemos de guardar de palabras juglares y ridículas, de decir gracias y donaires, 112. Cap. 13. Que nuestras pláticas y conversaciones han de ser de Dios: y algunos medios que nos ayudarán para esto, 115. Cap. 14. De otra razon muy principal, por la cual nos conviene mucho, que nuestras pláticas y conversaciones con los prójimos sean de Dios, 119. Tratado tercero, de la virtud de la humildad. sidad CAPÍTULO 1. De la escelencia de la virtud de la humildad, y de la necede ella tenemos, 123. que Cap. 2. Que la humildad es fundamento de todas las virtudes, 126. Cap. 3. En que se declara mas en par ticular, como la humildad es fundamento de todas las virtudes, discurriendo por las mas principales, 128. Cap. 4. De la necesidad particular que tienen de esta virtud, los que profesan ayudar á la salvacion de los prójimos, 132. Cap. 5. Del primer grado de humildad, que es tenerse uno en poco y sentir Cap. 6. Del propio conocimiento, que bajamente de sí mismo, 140. es la raíz, y el medio único y necesario para alcanzar la humildad, 142 Cap. Cap. 7. De un medio muy principal para conocerse el hombre á sí mismo, y alcanzar la humildad, que es la consideracion de sus pecados, 145. ་་,་,ཟེ *། Cap. 8. Como nos habemos de ejercitar en el propio conocimiento para no desmayar ni desconfiar, 148. Cap. 9. De los bienes y provechos grandes que hay en el ejercicio del propio conocimiento, 151. 1 Cap. 10. Que el propio conocimiento no causa desmayo, sino antes ánimo Cap. 11. De otros bienes y provechos y fortaleza, 154. grandes que hay en el ejercicio del C. 12. Quanto conviene ejercitarnos en propio conocimiento, 156. nuestro propio conocimiento, 158. Cap. 13. Del segundo grado de humil 1 dad. Declarase en que consiste este grado, 162. Cap. 14. De algunos grados y escalones por donde habemos de subir á la feccion de este segundo grado de humildad, 166. . per Cap. 15. Del cuarto escalon, que es desear ser despreciados y tenidos en poco, y holgarnos con ello, 170. Cap. 16. Que la perfeccion de la humil dad y de las demas virtudes, está en hacer sus actos con deleite y gusto, y cuanto importa esto para perseverar en la virtud, 173. Cap. 17. Declarase mas la perfeccion à que habemos de procurar subir en este segundo grado de humildad, 176. Cap. 18. De algunos medios para alcanzar este segundo grado de humildad, y particularmente del ejemplo de Cristo nuestro Señor,, 179.botovl Cap. 19. De algunas razones y consi deraciones humanas de que nos habemos de ayudar para ser humildes, 182. Cap. 20. De otras razones humanas que nos ayudan para ser humildes, 1840 Cap 21. Que el camino cierto para ser uno tenido y estimado de los hombres, es darse á la virtud y á la humildad, 187. humildad, 213.0 Cap. 29. Como con la humildad se pucde compadecer el querer ser tenidos estimados de los hombres, 218. y Cap. 3o. Del tercero grado de humildad, 225. Cap. 31. Declarase en que consiste el di tercero grado de humildad, 230. Cap. 32. Declarase mas lo sobre dicho, 232. Cap. 33. Declarase mas el tercero grado de humildad, y que de ahí nace que el verdadero humilde se tiene en menos que todos, 234. Cap! 34. Como los buenos y los santos pueden con verdad tenerse en menos que todos, y decir que son los mayotres pecadores del mundo, 238. Cap. 35. Que este tercero grado de huoumildad es medio para vencer todas las tentaciones, y alcanzar la perfeccion de todas las virtudes, 243. Cap. 36. Que la humildad no es contra ria á la magnanimidad; antes es fundamento y causa de ella, 246. Cap. 37. De otros bienes y provechos grandes que hay en este tercero grado ede humildad, 151, HO Cap. 38. De los favores y mercedes gran-- des que hace Dios á los humildes; y que es la causa porque los levantó tanto, 254. Cap. 39. Cuanto nos importa acogernos «ála humildad para suplir con ella lo que nos falta de virtud y perfeccion; y para que no nos humille y castigue Dios, 2577 on 20t Cap. 40. En que se confirma lo dicho con algunos ejemplos, 263. Cap. 22. Que la humildad es medio examen particular de la virtud de la Tratado cuarto, de las tentaciones. CAPÍTULO T. Que en esta vida no han de faltar tentaciones, 265. Cap. 2. Como unos son tentados al principio de su conversion, otros despues, 268. a myls Cap. 3. Por qué quiere el Señor que tengamos tentaciones; y de la utili |